Salmo 140 - Biblia Católica: Significado y contenido

David ora para ser librado de sus enemigos

El Salmo 140 es un salmo atribuido al rey David, quien se encuentra en una situación de peligro y persecución por parte de sus enemigos. En este salmo, David clama a Dios para que lo libere de sus adversarios y lo proteja de aquellos que buscan hacerle daño.

David comienza el salmo con una ferviente oración, pidiendo a Dios que lo libre de los hombres malvados y violentos que se levantan en su contra. Reconoce que solo Dios puede ser su salvador y protector en medio de las dificultades que enfrenta.

Pide a Jehová que lo proteja del hombre malo y violento

En el Salmo 140, David expresa su profundo deseo de ser protegido por Dios de aquellos que buscan hacerle daño. Reconoce la maldad y la violencia de sus enemigos, y clama a Jehová para que lo guarde de ellos.

David entiende que solo Dios puede librarlo de sus adversarios y confía en que Él escuchará su clamor y lo protegerá de aquellos que buscan su destrucción.

Descripción de los malvados que maquinan males y provocan guerras

En este salmo, David describe a sus enemigos como hombres malvados y violentos que maquinan males y provocan guerras. Reconoce que su intención es hacerle daño y destruirlo.

David comprende la maldad de sus adversarios y la peligrosidad de su situación. Sin embargo, confía en que Dios intervendrá y frustrará los planes de los malvados.

Comparación de la lengua de los malvados con la serpiente y su veneno

En el Salmo 140, David compara la lengua de los malvados con la serpiente y su veneno. Reconoce que sus enemigos utilizan la palabra para difamar, calumniar y causar daño.

David entiende que las palabras pueden ser tan peligrosas como el veneno de una serpiente y clama a Dios para que lo proteja de las palabras maliciosas y engañosas de sus adversarios.

Súplica a Jehová para ser guardado del malvado y del hombre violento

En este salmo, David suplica a Jehová para que lo guarde del malvado y del hombre violento. Reconoce que solo Dios puede ser su refugio y su fortaleza en medio de la persecución.

David confía en que Dios lo protegerá y lo librará de aquellos que buscan hacerle daño. Su súplica es un acto de humildad y dependencia de Dios en medio de la adversidad.

Mención de las trampas y lazos que los soberbios han puesto para atrapar al salmista

En el Salmo 140, David menciona las trampas y lazos que los soberbios han puesto para atraparlo. Reconoce que sus enemigos buscan tenderle emboscadas y atraparlo en sus artimañas.

David comprende la astucia y la maldad de sus adversarios, pero confía en que Dios lo librará de sus trampas y lo protegerá de caer en ellas.

Declaración de que Jehová es su Dios y petición para que escuche sus ruegos

En este salmo, David declara que Jehová es su Dios y le pide que escuche sus ruegos. Reconoce que solo Dios puede responder a sus oraciones y liberarlo de sus enemigos.

David confía en que Dios escuchará su clamor y responderá a sus peticiones. Su declaración de fe es un recordatorio de su dependencia de Dios y de su confianza en su poder y amor.

Reconocimiento de Jehová como el poder de su salvación y protector en la batalla

En el Salmo 140, David reconoce a Jehová como el poder de su salvación y su protector en la batalla. Reconoce que solo Dios puede librarlo de sus enemigos y darle la victoria sobre ellos.

David confía en que Dios luchará a su lado y lo sostendrá en medio de la batalla. Su reconocimiento de la soberanía y el poder de Dios es una expresión de su fe y confianza en Él.

Súplica a Jehová para que no conceda los deseos del malvado y no permita que se ensoberbezca

En este salmo, David suplica a Jehová para que no conceda los deseos del malvado y no permita que se ensoberbezca. Reconoce que sus enemigos buscan su destrucción y clama a Dios para que intervenga y los detenga.

David entiende que solo Dios puede frustrar los planes de los malvados y confía en que Él actuará en su justicia y sabiduría.

Deseo de que la maldad de los que rodean al salmista caiga sobre ellos mismos

En el Salmo 140, David expresa su deseo de que la maldad de aquellos que lo rodean caiga sobre ellos mismos. Reconoce la injusticia y la maldad de sus enemigos y clama a Dios para que los juzgue y los castigue.

David entiende que solo Dios puede hacer justicia y confía en que Él actuará en su tiempo y de acuerdo a su voluntad.

Petición para que los malvados sean castigados con brasas ardientes y arrojados al fuego y a abismos profundos

En este salmo, David hace una petición a Dios para que los malvados sean castigados con brasas ardientes y arrojados al fuego y a abismos profundos. Reconoce la maldad y la violencia de sus enemigos y clama a Dios para que los juzgue y los castigue.

David entiende que solo Dios puede hacer justicia y confía en que Él actuará en su tiempo y de acuerdo a su voluntad.

Exhortación para que el hombre malhablado y violento no permanezca en la tierra y sea derribado

En el Salmo 140, David exhorta a que el hombre malhablado y violento no permanezca en la tierra y sea derribado. Reconoce la maldad y la violencia de sus enemigos y clama a Dios para que los juzgue y los castigue.

David entiende que solo Dios puede hacer justicia y confía en que Él actuará en su tiempo y de acuerdo a su voluntad.

Confianza en que Jehová sustentará la causa del afligido y del menesteroso

En este salmo, David expresa su confianza en que Jehová sustentará la causa del afligido y del menesteroso. Reconoce que solo Dios puede defender a los que son oprimidos y necesitados.

David confía en que Dios actuará en su justicia y misericordia para proteger y proveer para aquellos que son afligidos y necesitados.

Afirmación de que los justos alabarán el nombre de Jehová y los rectos morarán en su presencia

En el Salmo 140, David afirma que los justos alabarán el nombre de Jehová y los rectos morarán en su presencia. Reconoce que aquellos que son fieles a Dios serán bendecidos y protegidos por Él.

David confía en que Dios cumplirá sus promesas y que aquellos que son justos y rectos serán recompensados por su fidelidad. Su afirmación es un acto de fe y esperanza en el poder y la bondad de Dios.